lunes, 21 de diciembre de 2009

7 RECOMENDACIONES PARA LA AUTODEFENSA MENTAL

De la experienia de un cinturón negro: En los nueve años que pasaron desde que comencé a practicar karate, he ido más allá que simplemente aprender a romper un bloque de concreto con una patada. Físicamente, a la edad de 48 años, la diferencia es mucho más profunda.

Había bromeado con mis amigos que haber obtenido mi cinturón negro a los 43 años era mi manera de manejar la crisis de mi edad. Como muchas bromas, ésta estaba basada en la verdad.

Empecé a tomar clases de karate porque mis dos hijos estaban interesados y la escuela local de karate tenía un precio especial para los miembros de la familia.

Después de varios meses de entrenamiento, comencé a saber que este arte era acerca de mucho más que de aprender a pegar y a patear.

A diferencia de otras formas de ejercicio que había hecho -como el jogging o el aerobics- el karate requiere una concentración mental total y la apelación a la energía espiritual. Si su mente se extravía durante la clase, puede terminar con un golpe en la nariz.

Y para tener éxito, debe aprender a comunicarse con su fuerza vital, la energía vital conocida como chi, que puede darle a los comunes mortales un extraordinario poder.

Para mi sorpresa, descubrí que las lecciones que estaba aprendiendo en las clases, como la de entrenar con una actitud de “nunca digas nunca”, venían de la mano en mi vida diaria.

No era que me había convertido en un matón de las artes marciales estilo Hollywood, para hacer sangrar la nariz de cualquiera que me desagradara.

Entrenando mi mente, cuerpo y espíritu a lo largo del camino hacia el cinturón negro de la perseverancia, integridad, cortesía y coraje, me sentía confiada en que podía manejar cualquier cosa que se cruzara en mi camino.

Técnicas de autodefensa mental

En el aniversario de la obtención de mi segundo dan de cinturón negro, ofrezco siete técnicas de autodefensa mental que he aprendido a lo largo de este tiempo.

Pueden ser usadas en contra de cualquier tipo de ataque, que puede venir de un criminal, un detestable vendedor o los hijos tratando de intimidarla para que los deje mirar TV antes de terminar la tarea de la escuela:

1.- Respire. En situaciones tensas la gente tiende a contener la respiración, pero es mejor rspirar. La respiración ayuda a conectar la mente con el cuerpo, calmando ambos y agregando poder a sus acciones.

2.- Trate a todos con respeto, incluyendo a usted mismo. A pesar de que pueda ser mejor ignorar un mal comportamiento de los extraños, no acepte ser irrespetada. Atentamente advierta que si quieren seguir interactuando con usted, este comportamiento no será tolerado.

3.- Sea flexible. Emule al sauce o a la palmera, que se curvan al viento pero que no se rompen. En la adversidad, adáptese y siga.

4.- Permanezca centrada y concentrada en lo que es importante para usted. No permita que los otros lo absorban hasta perder su centro, y aprenda a desviar un ataque quebrantando el equilibrio físico o mental del adversario.

5.- Mantenga una “mente de principiante”. Este es un nombre que los maestros Zen dan al humilde estado de estar siempre abiertos a aprender nuevas cosas.

6.- Sea positivo. Si usted exuda energía positiva, las cosas positivas van a venir hasta usted.

7.- Trate de resolver los conflictos sin pelear. Reserve la fuerza física como el último resorte si usted o los otros están en peligro. Como dijo el fundador del karate moderno, Ginching Funakoshi, “Someter al enemigo sin pelear es la destreza más alta".





© EnPlenitud.com - 7 secretos para la autodefensa mental

DIETA DE FRUTAS

Para después de estas fiestas navideñas y de añonuevo, nada mejor qu una dieta eficaz para bajar los kilitos consecuencia de la natilla, los buñuelos y demás delicias de temporada.



Esta dieta no debe realizarse por más de tres días, y nunca sin previa consulta con su médico de cabecera.

DESAYUNO:
1 vaso de jugos de fruta (pomelo o naranja)
1 fruta (manzana o pera)
1 taza de té, mate o café con edulcorante

ALMUERZO:

1 tomate condimentado con orégano y sal
2 rodajas de ananá (piña) fresco, 1 mandarina o 1 manzana
Jugo de frutas (pomelo o naranja)
1 taza de caldo o de verduras
1 gelatina sin sabor con esencia

MERIENDA:

1/2 pomelo con edulcorante o 1 pera

CENA:

Igual al almuerzo.

Se puede ingerir a voluntad: té, mate (cocido o cebado), agua, soda y agua mineral (con o sin efervescencia).

domingo, 20 de diciembre de 2009

¿ELEGIMOS LO QUE COMEMOS?

Por Cristóbal González


Parece una tontería preguntarlo. Vivimos convencidos de que decidimos por nosotros mismos, cuando en realidad son otros los que deciden y, lo que es peor, nos hacen creer que son nuestras las decisiones propias de nuestra vida cotidiana.

En el sistema capitalista hay agentes que deciden la prenda que debemos usar en cada ocasión, el modo de entretenernos, cuando y con qué hacerlo, en qué creer y en qué no y hasta lo que debemos comer. Y no pensando en nuestro bienestar, aunque nos lo hagan creer así, sino, fundamentalmente, en su provecho económico. Hay elementos de bienestar en sus recomendaciones, pero en esencia es la ganancia la que los mueve.

Felicity Lawrence, aguerrida periodista e investigadora británica, acaba de publicar un libro revelador titulado “Quien decide lo que comemos”, recomendable para todo aquel que quiera ampliar su conciencia sobre el mundo en que nos tocó vivir, las fuerzas que lo controlan y su incidencia en nuestras vidas.

Detrás de esta historia hay una abigarrada maraña de ingredientes económicos, fundamentalistas religiosos, moralistas, políticos, mercadotecnia y publicidad, que equilibradamente mezclados, como en cualquier receta culinaria buena, favorece los intereses de la gran industria de alimentos, una de las más prósperas del mundo actual.

CEREALES CONTRA LOS "PECADOS DEL SEXO"
La industrialización de los alimentos, es decir el negocio, su mercadeo y publicidad, comenzó con cereales empacados y listos para comer. Fue en la década de 1830 cuando el reverendo Sylvester Graham predicó a sus fieles las ventajas de una dieta vegetariana y de la harina integral, en vez de carne que “excita las pasiones carnales”. Promocionaba desde el púlpito entonces su “harina Graham”. Uno de sus seguidores, John Caleb Jackson inventó la granula a partir de la aquella harina. Fue el primer cereal listo para el desayuno.
La granola de Jackson se vendía a un precio 10 veces superior al de sus ingredientes, constituyendo así un negocio bien rentable.
Más tarde la misión iniciada por Graham fue asumida por los Adventistas del Séptimo Día en una colonia suya en Battle Creeck, Michigan. Allí fundaron el Western Health Reform Institut (Instituto para la Reforma de la Salud) buscando combatir la dispepsia y “demás vicios de los norteamericanos”.
Un ángel se le apareció a uno de sus directivos y le reveló que mejorar la dieta era la mejor manera de ser piadoso y de obtener el éxito en los negocios. Lo comunicó así a su comunidad y ésta decidió escoger un joven talentoso para que se preparara y más tarde asumiera la dirección del Instituto. El escogido fue John Harvey Kellog, que estudió medicina y nutrición y regresó para dirigir lo que en principio era una mezcla de balneario, centro vacacional y hospital experimental. Ya en funciones ideó nuevas curas para la obesidad y la masturbación que, según él, eran los principales males que aquejaban a la juventud. Por la falta de fibra en la dieta, la primera, y por la falta de fibra moral, la segunda. La cura para “los pecados sexuales” era esencialmente a base de cereales. Permitía algo de carne junto a frutas, cereales, verduras y leche. Y recomendaba evitar helados, dulces y pasteles. Acertado estaba en buena parte, pues hoy se piensa que es una alimentación sana y un buen aporte a la solución del calentamiento global. Además, recomendaba comer poco.

GALLETAS Y CORNFLAKES
Un empresario llamado Henry Perky inventó las galletas. Pasaba trigo cocido por rodillos para convertirlo en tiras prensadas, grabadas por una cara. Kellog conoció el procedimiento y lo empleó para prensar también trigo cocido y convertirlo en copos que después eran tostados en horno a temperaturas muy altas. Asi inventó los corn flakes. Hasta aquí todo era para proporcionar cereales fáciles en el combate contra los pecados de la carne.

Pero otro empresario, Charles Post, con problemas crónicos de digestión y paciente de Kellog en el sanatorio, se olió el negocio de los desayunos con corn flakes. Montó su propia empresa y encontró en la publicidad la mejor herramienta para competirle a Kelllog. Inició una campaña testimonial sobre las bondades del producto a través de anuncios de prensa. Y se inventó que el cereal así presentado curaba males del cerebro, malaria y tisis, y reforzaba la dentadura. Lo cierto era que por duros, los corn flakeS iniciales más bien tumbaban los dientes.

En Kellog se daba un curioso enfrentamiento entre hermanos. John Harvey seguía empeñado en combatir los pecados del sexo recetando cereales y dietas vegetarianas. Pero su hermano menor, William, que había trabajado varias años con él, notó a tiempo que de lo que se trataba era de un jugoso negocio, observando lo que sus competidores ya hacían. Resolvió meterle colores y azúcar a los copos de cereal, quitándoles el sabor a forraje para caballos. John se resistía diciendo que el azúcar era signo de corrupción del propósito inicial.

De todos modos, la idea mercantil de William se impuso y el negocio creció con la publicidad y las técnicas de mercadeo. En 1924 abrieron ventas en Londres y más tarde empezarían producción en Manchester. Los vendedores eran desempleados y boysocuts, que le agregaban encanto a las campañas y cierta preferencia entre los posibles consumidores, que adivinaban un supuesto sentido social.

Durante la II Gran Guerra hubo un receso, pero después, en desarrollo del Plan Marshall para atender a damnificados por el conflicto en Europa, la producción aumentó por la demanda para alimentar población desnutrida.


EL PROBLEMA DE LA FIBRA
Por el proceso a que son sometidos los cereales para venderlos y consumirlos de manera fácil, pierden gran contenido de fibra, esencial para una buena nutrición. Y pierden también aceites esenciales nutritivos, en una etapa que busca hacer más duraderos los cereales.

La estructura celular de la fécula se degrada para dejarla muy fina. Se aumenta entonces el IG (Índice Glucémico), con efectos sobre la salud peores que los del azúcar y perjudicando notablemente la dentadura.

Conciente de tales perjuicios, el equipo de Kellog encuentra una solución enriqueciendo sus productos, primero con Vitamina D (Llamada “vitamina solar” y magnífico slogan publicitario), y luego con otra vitaminas y minerales. Ahora se enriquecen con Inulina, una clase de fibra presentada con el novísimo nombre de prebiótico. Su efecto es que no se digiere en el conducto gastrointestinal superior sino en el intestino grueso, donde se fermenta por bacterias y se produce una flora beneficiosa.

Lo mismo que hacía la fibra integral si no se hubiera eliminado por procesos industriales para mejorar la `producción en masa y el negocio.

Ahora los alimentos vienen enriquecidos con ácidos omega, buen argumento de ventas pero innecesarios cuando la alimentación es lo más natural posible.

(Fuente: Quien decide lo que comemos. Autor: Felicity Lawrence)