sábado, 3 de abril de 2010

SILVIO RODRIGUEZ: "TENGO MÁS RAZONES PARA CREER EN LA REVOLUCIÓN"

Un buen ejemplo de cómo se tergiversa lo que la gente dice y hace, a través de las versiones de cierta prensa, es la presentación que los medios de farándula y las secciones faranduleras de los llamados medios serios hicieron de unas declaraciones del cantautor cubano Silvio Rodríguez, cofundador del movimiento de la Nueva Trova,la semana pasada.

Lo presentaron como enemigo de la revolución cubana y alejado del gobierno de la isla, cuando en realidad lo que hizo fue criticar algunos aspectos de la vida y la institucionalidad cubana, sin que por ello tenga que estar por fuera del proceso que allí se vive.

Silvio se ha caracterizado desde comienzos de la Revolución por ser un crítico serio, buscando que se corrijan errores que en la isla como en todo el mundo se cometen. Precisamente, refiriéndose a su actitud, en una ocasión Fidel Castro expresó:"Todo dentro de la Revolución. Nada por fuera de la Revolución". Con ello dejaba claro que para mejorar la Revolución toda crítica era bienvenida, pero que no aceptaba nada que fuera contra el proceso.

Durante la presentación de su nuevo disco "Segunda Cita", en la sala de prensa de la Casa de las Américas, Silvio Rodríguez realmente dijo: "Tengo más razones para creer en la Revolución que para creer en sus detractores. Cualquier disco que hubiere hecho por esta época en que se cumplen 50 años de la Revolución cubana, se lo habría dedicado a ese acontecimiento. Me parece muy bien que el mundo hable y nosotros también, y muy bien que se abra la crítica, las opiniones, el debate… Creo que este es un momento en que la Revolución, la vida nacional, el país, pide a gritos una revisión de montones de cosas, de montones de conceptos, hasta instituciones… y pareciera que hay un consenso superior contra Cuba, pero aún así, sigo teniendo muchas más razones para creer en la Revolución que para creer en sus detractores. Cuba no es un país normal, normal entre comillas, tanto por lo que ha pretendido ser como por el tratamiento que se nos ha dado… El bloqueo hay que terminarlo.O sea que muchas anormalidades nos rodean, propias y externas".

Luego enfatizó contra el bloqueo de Estados Unidos y su política hacia Cuba. Pero “no podemos echarle toda la culpa a ellos porque es mentira, nosotros tenemos culpa también y creo que vamos a ser mejores y más grandes si las enfrentamos sin miedo”, aseguró.

En ese contexto, lo que destacaron los medios anticubanos adquiere otro sentido. Otra cosa quieren decir algunas frases entresacadas con pinzas de las declaraciones del cantautor.

Dijo que el nuevo CD se llama Segunda Cita, porque cuando hizo su disco “Cita con Ángeles” se dio cuenta que tendría que dedicarle otros “a los ángeles de mi tierra”, aunque en el interín hizo un disco intermedio.

“Quizás este disco no es tan controversial internacionalmente como Cita con Angeles, pero sí lo será aquí adentro. Son las ideas que un cantautor lanza para participar en el debate”, añadió.

Medio en serio y medio en broma, dijo que su próximo disco en esta trilogía quizás se llame Cita en el infierno.

Segunda Cita contiene 12 temas entre los que destaca uno dedicado a la ya fallecida trovadora chilena Violeta Parra y otro al escritor colombiano Gabriel García Márquez, con una sonoridad diseñada para un trío acústico.

"PARA ASOMARNOS AL BALCÓN DEL UNIVERSO", ARMANDO HART SOBRE FREI BETTO

Las siguientes son las palabras del exministro de cultura e intelectual cubano Armando Hart, presentando la segunda edición de "La obra del Artista", del dominico y teólogo brasilero Frei Betto, en la Feria del Libro de Cuba a comienzos de febrero, tal como lo reseña la revista cultural La Jiribilla.

Por Armando Hart Dávalos

En la memoria del pueblo cubano está inscrito con especial cariño, el inolvidable suceso editorial que tuvo lugar a mediados de la década de los años ochenta con la publicación de la entrevista que Fidel concedió a nuestro entrañable hermano, el sacerdote dominico brasileño Frei Betto. En aquella ocasión, tuve el inmenso honor de escribir el prólogo de la edición cubana. Y no por casualidad subrayé que estábamos en presencia de un verdadero milagro.

Desde entonces su amistad con la Isla y los cubanos creció cada día, así como también su incondicional solidaridad, confirmada no solo en sus frecuentes visitas a nuestro país, sino también con su acción y con su pluma, con la que ha defendido sin vacilar un segundo, a Fidel y a la Revolución Cubana, que tanto ama.

En el sentido ético de la vida y la obra de nuestro amigo, encontramos la armonía y el vínculo necesarios entre cultura, ética y política. Por ello merece el reconocimiento agradecido de todos los hombres y mujeres buenos, no solo de Cuba sino de toda la América nuestra.

Betto, no es solo un teólogo o un buen revolucionario; Betto, y bien lo demuestran las páginas del libro que hoy presentamos, es un adelantado, es un luchador político con una profunda visión cultural, y es un ejemplo para todos, porque es un creador al que podemos considerar como uno de los representantes más notables e indiscutibles de las letras latinoamericanas de hoy. Porque hablamos aquí de un hombre que es brasileño por nacimiento, pero que es latinoamericano por su obra y pensamiento.

Este libro de Frei Betto lo tengo siempre presente porque me lleva a la idea del bien y de que este produce dicha, tal como nos enseñó Martí. Nos conduce al proceso de relación entre lo que se llamó objetivo y lo que se denominó subjetivo y ello es, precisamente, lo que nos puede orientar a la solución de los temas prácticos más importantes del presente siglo.

Este libro contiene una maravillosa descripción del universo conocido… Tiene el aval de la ciencia y la poesía. Sin ellas no hubiera podido entenderse tan sublimemente ni lo uno ni lo otro y mucho menos comprenderse, en lo posible, “la obra del artista”. Con estos valores, Betto se introduce y mueve en los linderos que unen y diferencian ambas pasiones humanas.

Captar y asumir de forma hermosa y optimista estas emociones, encontrar los nexos entre el amor y la razón, entre lo conocido y lo desconocido, lo creado y lo por crearse, es el más alto y bello reto espiritual del hombre en su historia. Cuando lo ha hecho con rigor, ha accedido a lo que muchas personas llaman Dios, es decir, el misterio que aspiran a revelar con el símbolo más alto creado por la humanidad. Tan alto que no pueden describirlo en su fundamento real, a no ser que lo busque en el propio hombre, en sus amores y sus angustias. Y todos sin excepción, creyentes y no creyentes, lo han situado allí mismo, en el corazón humano. ¿Solo allí se encuentra? He ahí el enigma indescifrable por la ciencia.

Martí sintetiza con una idea la alianza que Frei Betto ahora describe, “no hay poesía mayor que la de los libros de ciencia”. Ahí está lo máximo a lo que puedo yo llegar. Lo demás… No sé la respuesta.

Sentados, como los monjes que el autor rememora, en la cúspide de la gigantesca montaña del conocimiento humano, el religioso, el poeta y el científico miran el cielo cargado de mundos con la fiebre de saber lo que al hombre no le es dado a conocer. Monje tras monje, creyente tras creyente, curioso tras curioso, se han sentado, como Frei Betto, en esa hermosa piedra, junto al cielo infinito y como parte de él. Todos, sin excepción, se han hecho las mismas preguntas y jamás han encontrado respuesta a las claves esenciales que aspiran a desentrañar.

Betto, como Varela y lo más avanzado de la teología latinoamericana, no sitúan lo espiritual a gigantesca distancia o en choque abrupto y brutal con la materia. Asumen el universo desde su concepción teológica y cristiana como algo que le es propio. Quienes lo sientan así, cualquiera que sea la conclusión a la que arriben sobre las “históricas verdades eternas”, accederán a lo más elevado del hombre y su ciencia porque es real y objetivo que formamos parte de la inmensidad infinita.

Damos gracias a la Editorial de Ciencias Sociales por esta segunda edición La obra del artista. Una visión holística del universo, en la que Betto nos obsequia un texto imprescindible por los aspectos esenciales del pensar filosófico que aborda, y desde el cual podemos asomarnos al balcón del universo.

Desde nuestra sensibilidad científica y martiana, recomiendo a los hombres de ciencia y de conciencia, cualquiera que sea su credo, leer y estudiar esta magnífica obra que es como el propio Frei Betto, un hecho bondadoso.

FREI BETTO: "UN HOMBRE LLAMADO JESUS"

Por Mabel Machado

El escritor y teólogo brasileño Frei Betto es uno de los intelectuales extranjeros que prestigian con su presencia la 19 Feria Internacional del Libro. En la capilla de La Cabaña, bautizada para el evento como la sala de presentaciones José Lezama Lima, el religioso acompañó las entregas de las editoriales Caminos y Ciencias Sociales, de sus títulos Un hombre llamado Jesús y La obra del artista. Una visión holística del universo.

“Mi corazón tiene forma del mapa de Cuba” expresó Betto al explicar su presencia en la Isla, y agregó que ama este espacio de la geografía del mundo porque es “un país de mucha espiritualidad, no solo de religiosidad“.

El destacado revolucionario, que recientemente fuera distinguido con el Premio ALBA de las Letras, agradeció al cubano Armando Hart las palabras de presentación de su volumen La obra del artista. El director de la Oficina del Programa Martiano expresó que esta obra de Betto conduce a la idea del bien y “de que este produce la dicha tal como nos enseñó Martí“. Al decir de Hart, este texto ofrece una orientación para la solución a diferentes temas prácticos del presente y además, constituye “un texto imprescindible para los aspectos del pensar filosófico que aborda“.

Sobre La obra… reconoce Betto que intenta proponer un diálogo entre la espiritualidad y la ciencia. “Somos contemporáneos de la crisis de la modernidad, donde está el fracaso del sistema capitalista“, sentenció, y más adelante subrayó que en el planeta donde habitan cuatro mil millones de personas bajo la línea de la pobreza, y que enfrenta la crisis provocada por la desaparición del socialismo europeo, el paso del siglo XX al XXI impone la reflexión sobre los caminos que han de conducir hacia la liberación de la humanidad.

El momento fue propicio para que el autor compartiera su visión sobre lo que ha de ser un revolucionario: “debe tener más puntos de interrogantes que de exclamaciones, porque estas últimas son hijas de los fundamentalismos y los radicalismos que nos llevan a distanciarnos del pueblo”.

Del libro, comentó que persigue demostrar que el hombre es “una síntesis de razón y corazón“, que la espiritualidad “es tan antigua como el ser humano” y que “la modernidad ha cometido el error de separar lo inseparable: la subjetividad del hombre y la racionalidad política”. “Ningún revolucionario ha llegado a serlo por razones racionales y sí por razones afectivas“, sentenció.

Por otro lado, en Un hombre llamado Jesús, el intelectual brasileño articula una biografía de la vida del Mesías a partir de los Evangelios. Este texto novelado se propone presentar de manera más amena que las escrituras religiosas, al hijo de Dios, a quien Betto admira por haber roto con “todas las fronteras ideológicas de su tiempo, para representar la sacralidad de cada ser humano”. El escritor explica que para la conformación de este libro bebió de los Evangelios, de la bibliografía sobre Israel y Palestina en el siglo I y de su propia imaginación, esta última, la que pone a Jesús danzando en una fiesta.

El reverendo Raúl Suárez, quien dirige el Centro Martin Luther King, observó durante la presentación, que este volumen ofrece “una imagen completamente diferente del Jesús que se han robado”, además, invita al lector a pensar en que se necesita al “hombre que quiere darle un empujón a la historia para lograr un mundo mejor”.

La presentación -a la que asistieron Ricardo Alarcón, Presidente de la Asamblea Nacional y Abel Prieto, Ministro de Cultura- trajo también un homenaje al leal amigo de Cuba que ha sido Frei Betto. La Sociedad Cultural José Martí, le otorgó su más alto reconocimiento, la distinción “La utilidad de la virtud”, que se entrega a personalidades destacadas en la defensa y promoción de los valores de la nación cubana. El hombre que hace 25 años publicara el libro Fidel y la religión, y que como expresara Armando Hart, ha demostrado su “incondicionalidad solidaria” hacia la Isla, confesó al agradecer el gesto, que tendría que contener la emoción para presentar sus libros, pues recibe este homenaje con gran honor.

Betto, quien además señaló las coincidencias entre los objetivos de la Revolución cubana y el personaje de su volumen Un hombre…, por “estar hecha para que cada cual viva integralmente como ser humano”, se despidió del público dedicando los libros a la larga fila de concurrentes a la sala.

Tras la “maratón” de autógrafos y su particular recomendación: “que lo disfrute”, el sacerdote compartió con La Jiribilla su confianza en que la cultura continuará contribuyendo a la integración de Latinoamérica y a sus propósitos humanistas: “no hay otro camino, el mundo tiene que buscar cada vez más una sinergia, en especial América Latina, sobre todo ahora que ha pasado el ciclo de las dictaduras militares, de los presidentes mesiánicos liberales; ahora estamos en el ciclo de los gobiernos democráticos populares. La cultura tiene el importante papel de ayudar al pueblo no solamente a comprender ese proceso, sino, sobre todo, a participar de él”.

(Tomado de La Jiribilla)