sábado, 28 de febrero de 2009

Fases de la adicción

Por Mauriciio González, sicólogo

La enfermedad mental y emocional presenta en las personas síntomas que no les permiten vivir la vida que anhelan. Entre otros, ansiedad, angustia, miedo, depresión, resentimiento, minusvalía, sentimientos de superioridad e inferioridad, ira, celos y otros que se apartan de lo que llamamos una conducta normal. Estas manifestaciones pueden terminar, a manera de válvula de escape, en las toxicomanía (enfermedad de tipo psicosomático), farmacodependencia y conductas habituadas no deseadas.

Todo sujeto que inicia en el mundo de las adicciones comienza con una fase experimental, en la cual la sustancia o la conducta es usada o ejecutada por curiosidad, o por un deseo de sentirse mejor a como se está, o por la necesidad de aliviar alguna tensión emocional. De allí se pasa a la fase social, que se caracteriza por el consumo de droga o ejecución ocasional de la conducta, generalmente en eventos sociales, en compañía de amigos, en fin en compañía de personas en los cuales esa conducta o sustancia son aceptadas. Es en esta etapa que se debe tomar conciencia de los peligros que puede acarrear la sustancia o la conducta y suprimirla, pues es cuando la persona se va convirtiendo solapadamente en un adicto sin que se de cuenta de ello, pues su uso periódico va creando el hábito. Posteriormente, el individuo pasa a la fase de buscador, en la cual necesita conseguir la sustancia o emitir la conducta a toda costa. Su uso y ejecución es más frecuente y crea dentro de la persona una estructura de dependencia psíquica y física. En esta fase el individuo toma precauciones para que las personas que lo rodean no noten este problema en su personalidad. El proceso continúa hasta llegar a la fase disfuncional, en la cual existe un desorden en las áreas de ajuste del sujeto (familiar, económica, social, sexual, afectiva, etc.). Y finalmente, nos encontramos con la persona en la fase autodestructiva en la cual el sujeto se encuentra en el máximo nivel de degradación física, moral y espiritual. --Publicado por Mauricio para Libre De Adicción

jueves, 26 de febrero de 2009

Colombia necesita una izquierda democrática fuerte

Por Alejo Vargas*

La realización del congreso del Polo Democrático Alternativo (PDA), es una buena oportunidad para reflexionar acerca de la necesidad de contar con una izquierda democrática sólida y del importante papel de la oposición en una democracia; sin duda el PDA es una de las expresiones más importantes de la izquierda política en los momentos actuales. Más allá de las tensiones internas, que por lo demás son normales en toda fuerza política, lo deseable es que logren transitarlas y continúen su proceso de consolidación como oposición política institucional. Pero ojalá no solamente piensen en actuar como un partido de oposición, sino que efectivamente se constituyan en una opción de gobierno, y para ello no es suficiente con desearlo, sino lograr sintonizar sus propuestas y su actuar político con las mayorías nacionales.La democracia, hay que insistir en ello, no es solamente un juego de mayorías y minorías -esto puede simplemente derivar en un 'ahogamiento' de las minorías-, sino reglas del juego estables que no se estén modificando y garantías de derechos de expresión para las minorías. Sino pueden terminar los partidos negando en su vida interna, lo que se predica y exige para el nivel nacional. Ahí hay un desafío a superar.No hay que olvidar el importante papel que cumple una fuerza política de oposición en una democracia (no importa si es de derecha o de izquierda), porque es un control político indispensable, una alternativa de gobierno futuro y una forma de canalizar de manera institucional el descontento que todo gobierno normalmente genera en algunos sectores de la sociedad. Por ello los gobiernos deben no sólo garantizar su ejercicio, sino velar porque éste se pueda desarrollar sin un ambiente que ponga en riesgo su propia existencia y la de sus miembros; es decir, debe actuar lealmente. Cosa igual debe hacer la oposición, en el sentido de no acudir, bajo ninguna circunstancia, a métodos extralegales para su actuar político.En un país como Colombia, en el cual la relación entre política y violencia ha estado tan presente en su devenir histórico, es fundamental lograr que la lucha por el poder político se institucionalice y para ello es básico que existan fuerzas políticas que representen los diferentes sectores del espectro político desde la derecha, pasando por el centro, hasta la izquierda, con una característica que debe ser irrenunciable, no se puede aceptar el recurso de la violencia para conseguir objetivos políticos; la violencia debe estar monopolizada en las instituciones estatales. Esto es indiscutible para la izquierda política (también la derecha, por supuesto) y no puede tenerse al respecto ninguna ambigüedad.Hoy día, con un gobierno de centro-derecha, la consolidación de una izquierda democrática es un imperativo para la democracia colombiana. Pero igualmente es fundamental que partidos que se reclaman de centro-izquierda como el Liberal y también los de la coalición de gobierno, logren avanzar en su consolidación como fuerzas políticas organizadas y estables, con propuestas y candidatos que le permitan a los electores en los futuros debates electorales poder escoger sus opciones.América Latina ha sido una región fértil para el surgimiento y mantenimiento en el poder de caudillos, que tienden a ser vistos por sectores de la sociedad como los 'salvadores' de algo y argumentos nunca faltan. El antídoto para el caudillismo, tan recurrente en la región, es tener un sistema de partidos consolidados que puedan darle continuidad a las políticas públicas si los ciudadanos renuevan su mandato, más allá de los personalismos de sus dirigentes. O permitir que nuevas opciones sean gobierno si las que están en desarrollo muestran su agotamiento.Ojalá los dirigentes del PDA puedan avanzar en su consolidación partidista y en tramitar sus normales diferencias, porque sin duda son importantes y necesarios para nuestra democracia.
*Profesor Universidad ional.

miércoles, 25 de febrero de 2009

"El sistema que salga de la crisis será muy diferente"

Entrevista a Immanuel Wallerstein, pensador, escritor y "científico social" estadounidense


Iñigo Errejón / Pablo Iglesias del periódico Diagonal, de España

Para este teórico de las ciencias sociales, la crisis estructural que vivimos desembocará en un escenario desconocido.
Immanuel Wallerstein es la principal figura del análisis de sistemasmundo, quizá la perspectiva teórica más influyente en las ciencias sociales desde los ‘70.
Estuvo en Madrid y Barcelona invitado por la Universidad Nómada. Tras participar, de la mano de la Asociación Universitaria Contrapoder, en un acto en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense que contó con la asistencia de más de 600 personas entre estudiantes y profesores, tuvo unos minutos para responder a las preguntas de este periódico
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DIAGONAL: Nos interesa particularmente tu visión sobre las esperanzas que debamos albergar hacia el mandato de Obama, y en qué medida su victoria puede ser interpretada en relación a la crisis de hegemonía norteamericana y a la percepción generalizada de esa crisis.
IMMANUEL WALLERSTEIN: Es positivo que Obama haya llegado a la presidencia de Estados Unidos, pero no va a significar en modo alguno un cambio sustancial. Actuará de forma más inteligente que su predecesor, lo cual tampoco es difícil.
La administración Bush, con su militarismo derechista, ha precipitado el declive de la hegemonía norteamericana en el sistema interestatal. Frente a eso, Obama puede comprender la situación y avanzar hacia un mundo bipolar, pero en ningún caso podría rehacer América en el sentido de reinstaurar la hegemonía de EE UU, que ya no volverá.
Por otra parte, ante la comprensión de los profundos problemas que afronta la sociedad norteamericana, Obama emerge como símbolo ilusionante para la gran mayoría del país, incluso con una altísima popularidad en otros países. Obama aglutina a un electorado muy amplio, que va desde la izquierda (salvo algunos grupos minoritarios) hasta el centro-derecha, y no podrá responder a las expectativas de todos, ni oponerse frontalmente a los retos sistémicos que desbordan en todo caso su capacidad de acción.
Se trata de un hombre joven, inteligente y bien formado. Además es afroamericano, lo cual constituye un símbolo que no puede olvidarse, de extrema importancia. Todo esto es positivo, pero no es suficiente. Hay que ser realistas al respecto, y contextualizar las posibilidades de cambio realmente existentes. Obama es el mejor presidente que Estados Unidos podría tener en estos momentos, pero no deja de ser el presidente de Estados Unidos, una potencia hegemónica en declive en un sistema-mundo en crisis estructural.

D.: ¿En qué medida las turbulencias sistémicas que vivimos pueden producir una mutación del capitalismo? ¿Marcan éstas, por el contrario, un límite definitivo del capitalismo como sistema histórico? I.W.: Para leer correctamente la etapa histórica en la que nos encontramos, tenemos que distinguir entre las dinámicas de continuidad y las de ruptura, entre lo normal y lo excepcional. Lo normal es el colapso del modelo especulativo que hemos vivido, que se corresponde con una Fase B en los ciclos de Kondratieff que describen las dinámicas de largo plazo en la acumulación capitalista.
Lo excepcional es la transición que desde hace 30 años venimos viviendo, desde el sistema-mundo capitalista hacia otra formación sociohistórica.
A mi juicio podemos estar seguros de que en 30 años no viviremos en el sistema-mundo capitalista. En ese sentido, con la crisis coyuntural del capitalismo, converge una crisis estructural, un declive histórico del sistema- mundo.
En eso se distingue esta fase de recesión económica mundial de otras anteriores: el nuevo sistema social que salga de esta crisis será sustancialmente diferente.
Si evolucionará en un sentido democrático e igualitario o reaccionario y violento es una cuestión política y por tanto abierta: depende del resultado del conflicto entre lo que llamo “el espíritu de Davos” y “el espíritu de Porto Alegre”. En otras palabras, de la inteligencia y el éxito político de los movimientos antisistémicos.

D.: Dada la importancia que han tenido las llamadas “externalidades”, las apropiaciones privadas no pagadas de bienes comunes tales como los recursos naturales y ecológicos, ¿cómo valoras el intento de Obama y de su administración de abrir un nuevo proceso de expansión a través de un “capitalismo verde”? I.W.: Obama tiene como virtud su inteligente apreciación del problema ecológico. Lo que pueda hacer al respecto, sin embargo, está condicionado por los nombramientos que ha hecho y por sus escasas posibilidades de cooperación con otros países en este sentido, dentro de un marco general de pragmatismo. Sea como sea, el problema es enorme y escapa a las hipotéticas políticas medioambientales de un gobierno, incluso del estadounidense. Es necesario un cambio de modelo productivo y, más allá, civilizatorio. Debemos vivir de otra forma, aprovechar la transición hacia otro sistema para optar por algo diferente. La ciudadanía estadounidense, como la española, suele percibir las amenazas actuales casi en exclusiva como reducción de su nivel de vida, mientras que corremos el riesgo global, en los países ricos tanto como en los pobres, de vivir en un mundo ecológicamente destruido, que haga peligrar la supervivencia colectiva.

D.: ¿Puede abrir el declive de la hegemonía norteamericana un espacio para la emergencia de la UE como primera potencia mundial? I.W.: Europa tiene cierta autonomía política, pero atraviesa un período muy complejo por tendencias muy diferentes que se están dando en su interior. La crisis financiera está poniendo todavía más difícil el proceso de construcción europea (imprescindible para que pueda competir como potencia mundial).
El colapso económico que se está haciendo visible en Grecia, Italia, España, Islandia, etc., está generando tendencias proteccionistas muy serias. Veremos si Europa puede afrontar las circunstancias actuales. El proceso de construcción de la UE se ha complicado con su expansión a los países del Este y ahora está pagando el precio.

D.: ¿De qué manera puede impactar la crisis en las experiencias de giro a la izquierda en Latinoamérica? I.W.: Lo más positivo de la presidencia de Bush fue constituir el mejor estímulo para la integración latinoamericana. No es casual que en estos años hayan surgido presidentes más o menos de izquierdas en 11 o 12 países de la región. Es sencillamente impresionante. El hecho de que EE UU esté tan enfangado en Oriente Medio, hace que carezca de la capacidad militar, política y económica para interferir en la política latinoamericana.
Actualmente, América Latina ejerce un papel político autónomo y éste es un hecho irreversible. Esta claro que la política de Chávez no es la de Bachelet, ni tampoco la de Lula, pero, sea como sea, América Latina es una fuerza geopolítica independiente en la que Brasil es, sin duda, el primus inter pares, como demuestran los éxitos en su política exterior.
Ejemplo de ello ha sido su papel, crucial, en las reuniones de Unasur, del Grupo de Río, etc., que constituyen una verdadera declaración de independencia. Por desgracia, el papel exterior, que juzgo positivo, no ha ido acompañado de una política interna más de izquierdas.

D.: Los trabajadores migrantes se están convirtiendo en el chivo expiatorio de los comportamientos políticos más reaccionarios. ¿Cómo enfocas este problema? I.W.: La inmigración, que prefiero llamar migración, no sería un problema en un mundo relativamente igualitario, pues la mayor parte de la gente prefiere vivir donde ha nacido o, en todo caso, donde tiene vínculos culturales de pertenencia. Quienes migran lo hacen para mejorar su situación económica y política, y los empresarios se benefician de ese caudal de mano de obra comparativamente más barata que la de los países receptores.
El problema de las migraciones no puede ser resuelto dentro de este sistema, ni en los marcos estatales o con actuaciones policiales, pues es provocado por la inmensa polarización económica, social y política en el mundo. Hasta que no desaparezca ésta, no tendremos soluciones definitivas al problema de las migraciones.

D.: ¿Cuáles son los signos más esperanzadores en clave de emancipación y cuáles los peores indicadores de posibles involuciones reaccionarias o de mayor violencia sistémica? I.W.: La situación más positiva proviene de América Latina. Por contra, donde encuentro más peligros en el plano geopolítico es en Pakistán. Obama se está equivocando con su política hacia este país. El Gobierno pakistaní, siguiendo las presiones de EE UU, puede provocar una situación peligrosa. No hay que olvidar que Pakistán es un país con armamento nuclear en tensión permanente. La política de Obama no está bien pensada para Pakistan. Obama quiere mostrarse fuerte y duro. Para mí es un error. Habrá que estar atentos a la evolución de los acontecimientos en los próximos meses.
Nacionalismos e izquierdas
D.: Frantz Fanon, que fue uno de tus referentes teóricos, reivindicó el poder del nacionalismo como vía de liberación en los países del Tercer Mundo. ¿Puede ser el nacionalismo un mecanismo de emancipación en los países ricos? I.W.: Todos los nacionalismos son lo mismo. Cuando son reivindicaciones contra el poder, no importa qué poder, son progresistas. Sin embargo, en el momento en que conquistan el Estado, los nacionalistas se hacen de derechas. Es algo normal, ocurre en todas partes. Por eso no hay nacionalismos buenos y nacionalismos malos. Los nacionalismos que luchan para obtener derechos pueden implicar avances positivos, pero en el momento en que obtienen esos derechos pierden su fuerza transformadora, en España, en EE UU y en cualquier lugar del mundo. Eso es de lo que Fanon se dio cuenta y por eso defendió el panafricanismo como continuación de las luchas de liberación nacional.
Breves notas biográficas
El neoyorquino Immanuel Wallerstein (1930) es autor de El moderno sistema-mundo, obra en tres volúmenes que aporta un modelo interpretativo basado tanto en el marxismo como en las teorías acerca de la economía mundial de Fernand Braudel. El tercer punto ideológico en el que se basa la teoría del sistema-mundo es la Teoría de la Dependencia que establece la división duradera del mundo en núcleo, semi-periferia y periferia. Wallerstein rechaza la idea convencional de ‘Tercer mundo’ ya que, a su juicio, el intercambio económico crea una red compleja de relaciones. Cada mes publica sus Comentarios sobre la actualidad del mundo globalizado.

Modificación de conductas

Muchas personas sufren por conductas que no pueden controlar y luchan desaforadamente por un cambio. Su deseo es no volver a "fallar", y las consecuencias de esas conductas son inevitables. Además, los dedos acusadores de otros que no pueden entender (ni saben por qué se originan esas conductas) son implacables.

El sufrimiento por la impotencia es inigualable y, para sobrevivir, es necesario ponerse "máscaras". Con ellas pueden ser vistos como desean ser vistos (temporalmente) pero luego, cuando no tienen "público", vuelven a ser los mismos, las amarguras y las tristezas vuelven a ser la esencia de aquellas personas.

Es necesario entonces encontrar el origen de las conductas, pues después de emitida una conducta solo debemos esperar una consecuencia agradable o desagradable, con las respectivas emociones que las acompañan. Luchar contra una conducta sin conocer su origen es como quitar todas las telarañas de una casa sin matar la araña. Rom.1: 28 explica la asociación que existe entre la mente y la conducta: "Como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada (depravada), para hacer cosas que no convienen. "...y....si se tiene una mente aprobada... ¿qué cosas se hacen?...las que convienen, las que se deben....es claro que si quiero modificar una conducta debo hacerlo en su origen, en la mente. Si yo tengo una mente aprobada, hago cosas aprobadas y si tengo una mente reprobada, hago cosas reprobadas.

¿Qué debemos hacer? Comenzar a trabajar en nuestras mentes, según Rom.12: 2 "No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

¿Quieres comenzar a disfrutar las cosas que Dios tiene para ti? ¿Quieres comenzar a disfrutar la buena voluntad de Dios para tu vida, tu familia, tu economía, tu trabajo, etc.? Entonces, a edificar en tu mente para ser transformado; no hay tiempo que perder.Tú vas en tu automóvil y de repente en el tablero de controles se enciende una luz que titila en un indicador que tiene un tanque dibujado. ¿Qué sucede? Se está acabando la gasolina. ¿Qué debes hacer? ¿Tanquear o apagar la luz? Si el problema es la falta de gasolina debemos tanquear y la consecuencia será que el indicador (la luz) se apague. Al igual que la luz, la conducta es apenas un indicador de un problema, por eso buscar atacarla no soluciona el problema. Si desconectas el indicador (la luz) el problema no está solucionado, porque aún no hay gasolina. Lo única forma de continuar avanzando es tanquear el carro. Desconectar el indicador apenas haría que se detuviera el carro o que nos detuviéramos en la solución al problema. La solución real es tanquear y el carro para continuar su marcha. Así mismo, la

Después de la conducta viene una consecuencia. Si la conducta es adecuada, la consecuencia será agradable, pero si es inadecuada la consecuencia será desagradable.En 2 Co. 10: 3-5, “ Aunque andamos en la carne, no militamos según la carne, porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. Pablo habla de lo que son unas fortalezas, haciendo un paralelo entre lo que sucede en la mente de las personas y lo que eran las fortalezas de la época. Es por ello que Pablo se refiere a algo denominado las fortalezas en la mente o fortalezas mentales; y como vimos en Rom.1: 28, ellas producen conductas.

Si un sujeto tiene una fortaleza mental adictiva,¿que conductas emitirá?. Conductas adictivas (consumo, robo, mentiras, manipulaciones, etc.); y si tiene una fortaleza mental de inseguridad¿que conductas emitirá?, pues conductas de inseguridad. Probablemente este sujeto no le hable fácilmente a una mujer, o una entrevista de trabajo se le convierta en una mala experiencia. Puede que no mire a los ojos, su tono de voz sea variable, tenga las manos sudorosas al saludar al entrevistador. O puede que en una situación difícil tome decisiones temerosas.En Jer. 23:29 Dios nos da la herramienta clave para la destrucción de esas fortalezas en la mente y la herramienta de edificación de nuevas fortalezas: “¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?”.¿Cómo fuego? Si, el fuego quema y cambia absolutamente a su víctima si no se le aparta de su contacto. Igualmente la palabra de Dios cambia a cualquier persona si no se le aparta de su contacto. No importa como sea una persona o como haya sido. ¿Martillo?.Una casa está hecha con bloques y ladrillos (para nuestra cultura), un edificio tambien y una fortaleza creo que tendría estos materiales. Pero para destruirla necesito, no un martillo para clavar puntillas, no un “porro, de pronto una retroexcavadora. En la época de el apóstol Pablo las fortalezas eran muy altas y gruesas, compuestas por rocas muy grandes, una sobre y al lado de otra. Estas fortalezas eran la protección del pueblo contra cualquier intento de invasión. Eran tales las fortalezas que hasta apartamento había allí. En esa época, a cambio de martillo se utilizaban catapultas para destruir esas fortalezas. La palabra de Dios es un martillo con mayor poder que todas las catapultas juntas, para la destrucción de las fortalezas mentales que se levantan contra el conocimiento de Dios y sus verdades de libertad. --Publicado por Mauricio para Libre De Adicción el 2/25/2009 10:01:00 AM