sábado, 18 de septiembre de 2010

Poder mediático vs defensores de derechos humanos

Ahora es la organización Avaaz, que lucha por los derechos humanos en el mundo, la victima de un monopolio mediático, por haber alertado sobre un posible trato corrupto entre el gobierno canadiense y una cadena televisiva de derecha.

Como respuesta a una campaña de movilización ciudadana en contra de los posibles favores que el gobierno canadiense podría prestar a una nueva cadena televisiva de propaganda ultra-conservadora, dicho grupo amenaza con llevar a juicio a los directivos de Avaaz si no abandonan la campaña en el plazo de 24 horas.

Hace unos días, decenas de miles de miembros de Avaaz en Canadá se movilizaron para oponerse a las posibles prebendas gubernamentales hacia una nueva cadena televisiva de extrema derecha, liderada por un ex-portavoz del Primer Ministro canadiense. El imperio mediático detrás de esta nueva cadena y de su multimillonario dueño, Pierre Karl Peladeau, atacó publicando artículos difamatorios en su propio periódico, y uno de sus ejecutivos admitió tener información detallada acerca de un sabotaje criminal contra la campaña. Ahora el magnate ha amenazado con llevar a juicio a Avaaz, una comunidad de cerca de 6 millones de personas en todo el mundo, si no retira la campaña en un plazo de 24 horas. Así es como muchos de estos grandes poderes corporativos tratan de silenciar las voces de los ciudadanos.

Los imperios mediáticos, y su incestuosa combinación de políticos sin escrúpulos e informaciones sesgadas, son una amenaza creciente para la democracia en muchos países, desde Italia a los Estados Unidos, o incluso en Australia y América Latina.

La democracia sigue creciendo en todo el mundo, pero los intereses anti-democráticos han descubierto una poderosa arma de contraataque: los imperios mediáticos y su corte de cómplices en el mundo de la política. Cuando un líder político se une a un gran poder mediático, resulta muy difícil vencerlo en las urnas sin importar la credibilidad democrática de sus propuestas.

El Poder mediático

En Italia, el Primer Ministro Berlusconi controla más del 80% de los canales televisivos de noticias, y cuenta con una enorme participación empresarial en periódicos, revistas y en el resto del mundo editorial. Berlusconi sigue sumido en una marea de escándalos y denuncias por corrupción, pero gracias al poder de sus cadenas de noticias, la mayoría de los italianos sólo ven su imagen más positiva. En los EE.UU., el Reino Unido y Australia, el super-magnate Rupert Murdoch explota su emporio para obtener favores y privilegios de la clase política, quienes a cambio reciben su apoyo para acceder a altos cargos públicos. La Fox News es la cadena de noticias por cable más grande de los EE.UU. Tras las fuertes críticas del Presidente Barack Obama a Murdoch y su negativa a prestarse al juego propagandístico de la cadena, Fox News maquinó la creación de los grupos ultra-derechistas (el denominado "Tea Party"), y les facilitó una poderosa plataforma desde donde sembrar el odio y el racismo, incluso llegando a sugerir que Obama es un terrorista y que odia a los blancos.

La idea de una nueva cadena mediática de este tipo en Canadá fue supuestamente incubada en un almuerzo secreto entre Rupert Murdoch y el Primer Ministro canadiense Stephen Harper. Harper fue el aliado más cercano de George W. Bush en temas como la negación del cambio climático, y es sabido que está promoviendo de manera activa en Canadá una forma radicalizada de política ultra-conservadora importada de los EE.UU. La nueva cadena, que ha recibido el apodo de "Fox News North", transformaría el panorama mediático de Canadá, convirtiéndose en la portavoz sesgada en favor de este líder político.

La campaña de Avaaz se opone específicamente a los posibles favores gubernamentales que obligarían a los ciudadanos a costear, a través de las tasas de TV por cable, esta nueva cadena. Este es un ejemplo de cómo operan los imperios mediáticos: un multimillonario recibe, gracias a la acción del gobierno, financiación para su red privada de medios de comunicación y, a cambio, impulsa propaganda que respalda al gobierno de su compinche político.

Muchos de estos zares mediáticos son también despiadados a la hora de alcanzar sus objetivos políticos: fomentando opiniones que envenenan los corazones de la gente y polarizan las sociedades, amenazando así las democracias y la paz.

"La adulteración de la democracia por la connivencia de líderes políticos y corporaciones mediáticas es una amenaza a todo lo que nos importa: desde el cambio climático al reto de la pobreza mundial pasando por los derechos humanos. Gracias a nuestro alcance global, Avaaz es una de las pocas organizaciones con la capacidad de luchar contra esta creciente amenaza a la democracia".