Por Frei Beto
En el Foro Social Mundial de Belém, seconcluyó que las alternativas al neoliberalismo y a la construcción delecosocialismo no se engendran en la cabeza de los intelectuales o de programaspartidarios, sino en la práctica social, a través de luchas populares,movimientos sindicales, campesinos, indígenas, étnicos, ambientalistas ycomunidades de base.Para gestar tales alternativas se exigen al menos cuatro actitudes. La primerauna visión crítica del neoliberalismo. Éste profundiza las contradiccionesdel capitalismo, en la medida en que la expansión globalizada del mercadoestimula la competitividad comercial entre las grandes potencias; desplaza laproducción hacia regiones donde se puedan pagar salarios irrisorios; estimulael éxodo de las naciones pobres hacia las ricas; introduce tecnología de puntaque reduce los puestos de trabajo; vuelve a las naciones dependientes delcapital especulativo; e intensifica el proceso de destrucción del equilibrioambiental del planeta.La segunda actitud: organizar la esperanza. Encontrar alternativas es untrabajo colectivo, puesto que no surgen de la cabeza de intelectuales iluminadoso de gurús ideológicos. De hay la importancia de dar consistencia organizativaa todos los sectores de la sociedad que esperan otra cosa diferente de lo que seve en la realidad actual, desde agricultores que sueñan con trabajar su propiatierra a jóvenes interesados en la preservación del medio ambiente.La tercera actitud es rescatar la utopía, el neoliberalismo no trata solamentede destruir las instancias comunitarias creadas por la modernidad, como lafamilia, el sindicato, los movimientos sociales y el Estado democrático. Suproyecto de atomización de la sociedad reduce la persona a la condición deindividuo desconectado de la coyuntura socio-política- económica en la cual seinserta, y lo considera mero consumidor. Por lo mismo se extiende también a laesfera cultural. Como diría Emmanuel Mounier, el individualismo es opuesto alpersonalismo. Pascal fue enfático: “El Yo es odioso”.En su apogeo el capitalismo lo mercantiliza todo: la biodiversidad, el medioambiente, la responsabilidad social de las empresas, el genoma, los órganosarrancados a los niños, etc. y hasta nuestro mismo imaginario. Un ejemplotrivial es lo que se gasta en la compra de agua potable envasadaindustrialmente, dejando de lado el viejo y buen filtro de cerámica o inclusola recogida del agua limpísima de lluvia después de un minuto deprecipitación.Sin utopías no hay movilizaciones motivadas por la esperanza, ni posibilidadde visualizar un mundo diferente, nuevo y mejor.Cuarta actitud: elaborar un proyecto alternativo. La esperanza favorece laemergencia de nuevas utopías, que deben ser traducidas a proyectos políticos yculturales que señalen las bases de una nueva sociedad, eso implica el rescatede los valores éticos, del sentido de justicia, de las prácticas desolidaridad y compartimiento, y del respeto a la naturaleza, en suma, se tratade un desafío también de orden espiritual, en la línea de lo que pregonaba elprofesor Milton Santos, de que debemos priorizar los “bienes infinitos” y nolos “bienes finitos”.El proyecto de una sociedad ecosocialista alternativa al neoliberalismo exigerevisar, después de la caída del muro de Berlín los aspectos teóricos yprácticos del socialismo real, sobre todo desde el punto de vista de lademocracia participativa y de la preservación ambiental.El ecosocialismo se caracterizaría por la capacidad de incorporar el conceptoy las prácticas de igualdad social y desarrollo sustentable a partir deexperiencias de los movimientos sociales y ecológicos, así como de larevolución cubana, del levantamiento zapatista de Chiapas, de los asentamientosdel MST, etc.Es vital incluir en el proyecto y en el programa los paradigmas emergentesactuales, como ecología, indigenismo, ética comunitaria, economía solidaria,espiritualidad, feminismo y holística.Este sueño, esta utopía, esta esperanza que llamamos ecosocialismo no es sinola continuación de las esperanzas de aquellos que lucharon por la defensa de lavida como Chico Mendes y Dorothy Stang, dos luchadores cristianos que dieron susvidas por la causa de los pobres, de los explotados, de los indígenas, de lostrabajadores de la tierra y de los pueblos de la selva.
(Traducción deJ.L.Burguet)- Frei Betto es escritor, autor de “Cartas desde la cárcel”, entre otroslibros.
miércoles, 18 de febrero de 2009
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