Lo malo de morir son los responsos
que a uno le recuerdan que está muerto,
que no puede bailarlos, como en vida
uno bailaba tangos y flamenco.
Lo malo es no poder contar contigo
para pasarla bien,
en las buenas y en las malas.
O por lo menos soñar que estamos juntos
mientras regresas de afán a tu otra cama.
Y además, los discursos mentirosos
al pie de una tumba una mañana,
según los cuales uno fue perfecto
sin una sombra y sin ninguna maña.
Al diablo con la muerte y las exequias,
prefiero seguir vivo con mis sueños
que me acompañan siempre en la buseta.
(Cristóbal González)
jueves, 7 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario