sábado, 3 de enero de 2009

Economía de guerra para el 2009

Todos los indicios y opinadores de la materia comparten la misma tesis sobre la economía real del próximo año. A todas luces, nos viene un tiempo de sombras que tendrá su traducción en el empleo, bajada de la demanda interna -consumo-, etc… Seguramente, en mayor o menor medida, casi nadie escapará de esta dinámica, porque todos y todas somos parte de la economía, ya que nuestras prácticas cotidianas inciden en ésta.Es tiempo, por tanto, de proponerse un plan personal de economía de guerra que amortigüe o prevea los nubarrones hasta que escampe el temporal.He aquí algunas ideas que voy a aplicar en la pequeña comunidad que es mi casa.1.- Recorta gastos. a) Mira tus gastos fijos. Revisa el catálogo de servicios que tienes domiciliados en tu caja o banco. Valora darte de baja de los prescindibles: lo que supone diferenciar entre lo que son deseos y necesidades reales.b) Aplícate un presupuesto semanal en una doble vertiente. Para los gastos habituales de carácter personal (café, tabaco, cañas, prensa…) y para alimentación. Esto segundo se ajustará mejor si realizas un menú semanal que derivará en la consiguiente lista de la compra al detalle. 2.- Comparte. Violeta, con apenas tres años, dice que compartir es de izquierdas. Tiene toda la razón. Plantéate qué puedes compartir con tu gente (amigas, familiares, compañeros de trabajo) para que este valor salga más a flote en estos tiempos. Imagino que ya sabrán que compartir es legal, vital y esencial cuando los valores que imperan tienden a la individualizació n y a la codicia de las cosas. Es una buena forma de acceder a bienes por la vía de la solidaridad.3.- Defiende el empleo. Este es ahora un valor más preciado, no sólo por ser la mayor aspiración de la gente, sino que además, en este tiempo de destrucción… sobran las palabras. Defiéndelo a muerte. Or-ga-ní-za-te como estrategia colectiva para esa defensa. Infórmate de las movilizaciones que puedan ponerse en marcha ‘por el empleo’.Son algunas ideas, seguro que pueden complementarse con vuestra opinión o experiencia. Con todo, apuntar que la austeridad es una buena receta a practicar en cualquier momento.

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