jueves, 30 de abril de 2009

JUSTICIA CON LOS MARRANOS, POR FIN




Por Pulgonzo

Todos debemos aplaudir, hasta con las pezuñas, la justa órden dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que de ahora en adelante no se hable más de gripa porcina sino de gripa AH1HN. Es apenas un acto elemental de justicia para acabar con la marranada de achacarle a los marranos la supuesta pandemia viral que se avecina y nos tiene paranoicos hasta la trompa.




Al hecho de que los marranitos chiquitos tuvieran que andar con la cabeza agachada, avergonzados, eso se ha comprobado, porque sus padres son unos cerdos, sus madres unas puercas y sus hermanitos unos cochinos, victimas de un complejo que no se quitarán nunca, ahora se agrega que tienen que responder por las infames acusaciones contra toda la raza porcina.




Pero hay otro aspecto del asunto que nos alegra hasta querer revolcarnos en el pantano. Para los animales humanos resulta de más caché contarle a un vecino, amigo, familiar o al mismo médico, que estamos afectados por la gripa AH1HN que por una cochina gripa porcina. Es que este último nombre que ha ordenado la OMS parece como de un virus extraterrestre. En todo caso, como propio de astronautas. A veces suena a matrícula de cohete interespacial, o de avión supersónico.




Y dígame si no da estatus social contar que algún familiar nuestro murió de AH1HN y no de una infeliz gripa cualquiera, y menos de marrano. Me imagino que cuando en los avisos mortuorios se haga constar esa circunstancia irán centenares a la funeraria y al cementerio, además de los deudos, a rendir un homenaje póstumo a tan ilustre finado, escogido para su gloria por aquel virus así denominado.




Ya se van arreglando las cosas, de tan fácil manera. Primero se le cambió el nombre al virus, luego se anuncia una vacuna, además de todas las medidas preventivas que se ponen de moda en todo el mundo. Falta que la moda fashion involucre el tapabocas en sus diseños de invierno u otoño.




Pero no se sabe de esfuerzo científico alguno para establecer por qué el virus mutó del animal porcino al animal humano. Y menos para profundizar en las causas de su aparición. Hasta el momento no sabemos si tiene que ver con el deterioro del medio ambiente por nuestra irresponsabilidad o con la undustrialización de la cría de animales para consumo humano, en la que resultan involucrados los antibióticos y las hormonas aplicadas de manera exagerada para lograr mayores rendimientos. En fin, cosas del modo de producción capitalista.


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