jueves, 15 de abril de 2010

HIPOCRESÍA Y ARMAMENTISMO

Por Cristóbal González

En su visita a Bogotá ayer el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, se declaró inquieto por el armamentismo en Suramérica. Reacción hipócrita. Estados Unidos no sólo es el país más armado del planeta para imponer su voluntad, sino que se hace el de la vista gorda cuando los que se arman son los países aliados suyos o peones en el ajedrez internacional, como Israel en el medio oriente o Corea del Sur en el lejano oriente. En cambio hace alharaca cuando se arma un país antagonista político suyo.

A propósito, para ilustrar cuanto despistado que se come el cuento de muchos medios periodísticos ern este asunto también, conviene repasar las cifras del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz, de Estocolmo, reconocido por su seriedad.

Ese organismo calcula que en el 2008 los gastos militares en el mundo ascendieron a 1.464.000.000.000 de dólares. Y eso en medio de la crisis económica más dura de los últimos años, con sus secuelas como el desempleo y el hambre. En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación considera que en el 2009 unas 1.020 millones de personas aguantaron hambre diariamente en el mundo.

Extinguida la Unión Soviética y los procesos de la revolución armada setentista, hoy el sistema capitalista ya no tiene enemigos estratégicos que planteen la posibilidad de un enfrentamiento militar abierto como en la época de la Guerra Fría.¿Entonces para qué tanta inversión en armas?

No obstante, un gasto militar mundial que ya asciende a la increíble cifra de US$1,464 billones (además del billonario negocio para las corporaciones armamentistas) marca un escenario de ascendente escalada militar de las potencias y de los países en todos los continentes.

El gasto militar global creció el 4% en 2008 y alcanzó la cifra récord de US$1,464 billones, el 50% más que en 1999, de acuerdo con un estudio del Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo (SIPRI).

“La crisis financiera global todavía no ha repercutido en los ingresos y beneficios de las grandes empresas armamentistas”, señala el SIPRI.

Esa cifra equivale al 2,4% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y a 217 dólares por cada habitante del planeta, de acuerdo con el organismo sueco.

La crisis financiera mundial no impidió que la venta de armas creciera 22% en el último quinquenio. Tanto países ricos como pobres reforzaron sus arsenales con aviones caza, helicópteros de combate, submarinos, vehículos blindados y sistemas de defensa aérea.

Los cinco mayores compradores de armas en el periodo de 2005 a 2009 fueron China, India, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos y Grecia, según los últimos datos divulgados por el Sipri.

El mayor incremento le corresponde a EEUU (58%): las respectivas asignaciones de Washington aumentaron en 219.000 millones de dólares desde 1999. Casi se triplicaron los gastos militares China y Rusia, hasta los US$ 42.000 millones y los US$ 24.000 millones, respectivamente.

Un notable incremento de los presupuestos militares se registró en la India, Arabia Saudí, Irán, Israel, Brasil, Corea del Sur, Argelia y Gran Bretaña, según el SIPRI.

La lista continúa con Turquía, Singapur, Pakistán, Malasia, Israel, Argelia, Marruecos, Libia, Egipto, Irán, Sudáfrica, Arabia Saudita, Brasil, Sudán, Chile y Venezuela.

Los cinco mayores vendedores en el lustro fueron EEUU, Rusia, Alemania, Francia y Gran Bretaña, responsables por más de 75% de las exportaciones de armas convencionales, según el Sipri, uno de los principales institutos del mundo dedicado a la investigación sobre desarme.

Estados Unidos y Rusia siguen siendo los principales exportadores, con 30 y 24% de todas las exportaciones de armas, respectivamente.

Las regiones que más armas recibieron en el periodo 2005-2009 fueron Asia y Oceanía, con 41%, seguidas de Europa, con 24%, Medio Oriente, con 17%, América, con 11% y África, con 7%.

“Creo que se debería enfatizar que los líderes políticos de distintas regiones del mundo manifestaron la preocupación de que su región está al borde de la carrera armamentista”, señaló Paul Holtom, director del programa de transferencia de armas del Sipri.

Los aviones caza representaron 27% de las transferencias internacionales de armas en el lapso 2005-2009. Se enviaron 72 cazas F-16E a Emiratos Árabes Unidos, 52 F-16I a Israel y 40 F-15K a Corea del Sur.

En las exportaciones rusas de aviones caza se incluyen 82 Su-30 a India, 28 a Argelia y 18 a Malasia. Rusia también busca concretar este año la venta a India de 126 aviones de combate.

Y los pedidos y entregas de estos “sistemas de armas potencialmente desestabilizadores causaron inquietudes en regiones de tensión como Medio Oriente, África del Norte, América del Sur, Asia meridional y sudeste asiático”, señala el Sipri.

“La idea de la “guerra contra el terrorismo” estimuló a muchos países a ver sus problemas a través de un lente altamente militarizada, utilizando este argumento para justificar sus altos gastos militares”, explica Sam Perlo-Freeman, investigador del instituto sueco.

De esta manera se verifica la directa relación de la “guerra contraterrorista” con las ganancias y la expansión de los consorcios armamentistas USA, que resultan, juntos con las petroleras y las corporaciones de servicios (que incluyen a las compañías de “seguridad privada”), los beneficiarios principales de las invasiones y ocupaciones militares, tanto en Irak y Afganistán, como de los conflictos actuales y potenciales en Medio Oriente y en todo el planeta, entre los que se incluyen las planificadas acciones militares contra Irán y Siria.

América Latina se militariza

América del Sur, que todavía está lejos del nivel de gasto militar que se observa en regiones como Asia o el Medio Oriente, registró en el último lustro salto impresionantede un 150% más de armamento que durante el período 2000-2004

En un informe de junio de 2008,el SIPRI consignaba que los 12 países de América del Sur, que tras la Cumbre de Presidentes de UNASUR realizada en Brasilia, proyectan constituir un Consejo de Defensa regional, aumentaron durante el 2008 un 25% más en sus gastos armamentistas.

Se trata de un récord para los países de la región, que se inscribe en una tendencia mundial de crecimiento del gasto armamentista liderado por EEUU.

Según el SIPRI, el gasto en defensa de los países de América del Sur alcanzó en 2008 los US$50.000 millones frente a los US$ 39.961 de 2007.

De acuerdo con la entidad con sede en Estocolmo (que junto con el IISS de Londres son las dos entidades más reconocidas a nivel mundial por sus estimaciones acerca de gasto, equipamiento y balance militar) el crecimiento del gasto militar responde a una tendencia general de los países sudamericanos.

Chile es el primer importador de material bélico de América Latina. De acuerdo con datos recopilados por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), las compras chilenas efectuadas entre el 2005 y el 2009 se multiplicaron por seis respecto a las adquisiciones del primer quinquenio del siglo XXI.

Entre las compras recientes destacan, por su costo y poder destructivo, los 18 aviones holandeses F-16 y los 140 tanques alemanes del tipo Leopard. En la actualidad el vecino del cono sur se ubica en el puesto 13 del ránking mundial de los importadores de armas.

En esa misma lista, cuatro puestos más abajo está Venezuela,qu sorprendió hace poco por los contratos millonarios firmados con Rusia. En setiembre del año 2008, Moscú le otorgó una línea de crédito de US$ 2.200 millones que presumiblemente utilizará para comprar sistemas de defensa aéreos y tanques.

Brasil, el tercer importador de armas de la regió y viene dando pasos de gigante como fabricante de material bélico.

El más reciente informe del Sipri revela también que, sin llegar a los extremos de los tres países citados, otros gobiernos de la región (Colombia, el Perú, Ecuador y Bolivia) han realizado costosas inversiones en armas en los últimos años.

El gasto militar en su conjunto (incluye compras de armas, los costos de personal y gastos por operaciones y mantenimiento, entre otros) ha crecido en un 50% en Sudamérica en el período 1999-2008, casi el doble respecto a la década anterior (los datos del 2009 todavía no están disponibles)

En lo relativo a la cifra global del gasto sudamericano, el 55% (más de la mitad) con US$ 27.540 millones corresponde al Brasil, que por población, territorio y PBI es aproximadamente la mitad de los 12 países de la región.

En la lista de mayores gastos militares continúa Colombia con US$ 6.746, cifra que es destinada al Plan Colombia y a la guerra con las FARC; en tercer lugar está Chile con US$ 5.395, y cuarto es Venezuela con US$ 3.321, país que da al rubro militar prioridad política.

De manera que Colombia figura con un gasto superior, el 4% del PIB para gasto militar, por lo que no se explica la alharaca del gobierno de Uribe frente a las últimas adquisiciones de Chávez, que, según expertos, no le cambian de lugar en este fatídico escalafón.













Por: Lingote34

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