domingo, 11 de abril de 2010

LIBERTAD DE EXPRESIÓN: MÁS ALLÁ DE LO JURÍDICO

Por César Ulloa Tapia

El debate acerca de la libertad de expresión no se reduce al ámbito jurídico, sino también a la construcción social de los imaginarios, porque la población toma como referencia, en diferentes medidas, lo que difunden los medios. En este sentido, lo que también está en juego es el impacto de la información, los canales desde donde ésta circula, la manera de divulgación, la forma como se procesan los contenidos y la posibilidad de acceso a las fuentes por parte de la población, entre las más importantes. De ahí, que hablar sobre la libertad de expresión, opinión e información implican otras cosas mayores.

La libertad, en este contexto, no solo debe considerarse como la posibilidad (derecho) que tienen las personas para hablar, decir y manifestar sus puntos de vista sobre la realidad, sino más bien las implicaciones que ello tiene; sobre todo si entre la libertad de expresión y opinión y el libertinaje hay una línea delgada. Por ello, cuando se habla de la libertad de opinión habría que analizar la potencialidad de expresarse versus el impacto de esa misma potencialidad.

Y ello no se circunscribe solo a lo que se publica, sino también al uso del correo electrónico, los blogs y portales de Internet, pues también hay expertos (si es que así se les puede llamar) en hacer un falso periodismo e impulsar la cultura de la descalificación desde las TIC, bajo el pretexto de la democratización de las nuevas tecnologías. Hay muchos casos, donde se crean blogs para decir cualquier cosa y torpezas mayúsculas, sobre la base de esconderse en el anonimato. Por eso, la libertad de opinión debe verse de las nuevas condicionantes.

Sin en afán de inundar las reflexiones de moralismos, es importante decir que cada cual debe hacerse responsable de lo que habla, dice y opina, si es que tanto se habla de libertad de opinión, pues los derechos deber ir de la mano de los deberes. ¿O es que acaso también se pretende analizar la libertad desde el lado más fácil, el derecho, y no desde el complejo pero necesario, la responsabilidad? Entonces, la libertad de opinión amerita rigor en las ideas, respeto a la honra ajena y no inmunidad, bajo el pretexto de liderar la opinión pública.

Respecto de la libertad de información hay que considerar que esa libertad implica en el periodismo no solo el acceso a las fuentes, a la capacidad de transparentar los hechos, a la responsabilidad de decirle a la sociedad lo que pasa, sino también la responsabilidad que tienen los periodistas y también los dueños de los medios de contar las cosas como son. Es decir, con rigor, escuchando las voces antagónicas de los hechos con la misma atención y cobertura, contrastando los hechos siempre, bajo un código de ética que respete la honra de los otros, pues como habíamos dicho… si algo no se analiza es el impacto de lo que se publica.

No perder de vista que lo publicado, aún cuando contenga errores de buena fe, no puede resarcir el daño que se hizo a una persona, empresa o institución, pese a proceder a rectificaciones en el mismo espacio y tamaño.

- César Ulloa Tapia es ecuatoriano, docente universitario.

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