domingo, 19 de abril de 2009

Por fin Uribe se pudo acercar a Obama


Por Pulgonzo

Hay amores demasiado retrecheros. Esquivos. Por más que los busquemos más se hacen rogar. En cambio conceden sus favores, gratuitamente o casi, a otros que apenas los determinan, o por lo menos aparentan indiferencia frente a ellos. Si no, miren como se ha portado Obama, presidente made in Usa, con nuestro gran líder. Me refiero desde luego al insustituible Uribe.

Hay otros galanes preferidos por aquella estrella del momento. Dos veces ha recibido al presidente Calderón de México desde que fue elegido. Y no sólo eso. Para significar su aprecio, dias antes de la cumbre de presidentes en Trinidad y Tobago la semana que acaba, fue a visitarlo a su querido palacio de Chapultepec. Recordemos que todo lo que hace un mandatario, y más de un país tan poderoso como Estados Unidos, así su economía esté más rota que media de loca, tiene un significado político.

Al también carismático Lula da Silva lo invitó a la Casa Blanca, ya estando posesionado. Otra muestra del afecto que le tiene al exlider sindical y ahora niño mimado del neoliberalismo en retirada. ¿O serán intereses políticos y económicos los que mueven a Obama para estas muestras de simpatía?.

En varios discursos públicos desde su posesión Obama ha elogiado entusiasta a Calderón y a Lula. Al primero por su lucha contra el narcotráfico y al segundo por liderar una potencia emergente y su politica de biocombustibles. Y para Uribe ni una miradita. Duro debe ser, máxime cuando uno se cree lider del vecindario y cuando se vanagloria de estar acabando con el tráfico de drogas y los cultivos ilícitos. !Ingrato que es el Obama!

Y como esas mujeres que más quieren a quien las trata más mal, Obama no ha dudado en acercarse y corresponderle en público sus requiebros a Chávez, que hace unas semanas apenas lo trataba de ignorante. Cuando vió al simpático venezolano minutos antes de entrar al recinto donde se iniciaría le sesión inaugural de la cumbre de Trinidad y Tobago, se le fue derecho a saludarlo. Y este, que no pierde oportunidad, le dijo que quería ser su amigo. El nuevo inquilino de la Casa Blanca le respondió con una sonrisa de oreja a oreja y un apretón de manos fuera de todo protocolo. Como el de dos parces. Miren bien las fotos y verán que no es el tradicional y conservador saludo de manos.

Para corresponderle, también en público, Chávez aprovechó la reunión, al día siguiente, de Obama con los presidentes de Unisur. Fue hasta donde el gringo, que no parece gringo, le puso amoroso su mano sobre el hombro y le regaló un ejemplar del libro de Galeano "Las venas rotas de América Latina". En una situación más íntima entres dos mortales comunes podría ser "El corazón partido" de un cantante español de moda. En todo caso, la reiteración de una declaración de amor. Y Obama volvió a reirle complacido de oreja a oreja.

Y para Uribe ni una miradita. No obstante haber encargado desde mucho antes a su embajadora en Washington, la aristocrática Carolina Barco, y a su canciller, el despistado Bermúdez ( Por el que hubo que cambiarle el título a la telenovela "Todos odian a Bermúdez" según las malas lenguas), que largartearan y reptaran todo lo que hubiera que reptar para conseguir una cita con el moreno de moda. Y este ni una leve esperanza les daba. Recuerdo a esa mujeres bonitas requeridas en los bailes por todo el mundo para una pieza. Ellas iban anotando en su libreta para no olvidar que turno le otorgaban a un galán durante la noche, y a los que no eran de su agrado los dejaban de últimos o no los incluían en la lista.

Pero Dios es muy grande y movió las balotas del sorteo de los puestos para el desayuno del sábado en Puerto España, de manera que Uribe quedara entre Obama y Alán García. !Qué chiripazo! La misma embajadora Barco decía dichosa "Imagínense, lo que no pudimos por vía diplomática nos lo otorgó la suerte". (La mala suerte no existe, lo que existe es una mala disposiciòn de los chakras, dice una maga que se anuncia por la radio) .

García no le dió mucha importancia al asunto, porque nada tenía que pedirle a Obama en ese
momento. Pero Uribe le acercaba con disimulo el codo al gringo que no parece y tamborileaba con los dedos de su mano sobre la mesa, llamando la atención de su admirado colega. Hasta que lo logró. Obama lo miró y como no había más con quien conversar a su lado mientras traían el café, lo escuchó. Y Uribe volvió con su idea fija de rogarle que por favor le aprobara el TLC.
Los mandatarios reunidos habían destacado que no habían ido a pedir nada a Obama sino a proponer soluciones para superar la crisis del capitalismo. Pero Uribe fue a mendigarle a Obama que dejara a un lado su dureza y le pusiera un poquito más de bolas a su TLC.

Luego lo invitó a Colombia y Obama le dijo que bueno, que no podía decirle cuando pero que bueno y que a su vez lo invitaba, a Uribe, a Estados Unidos. Uribe le preguntó que si podía divulgar esta conversación y Obama le respondió que sí pero que no podía comprometerse con fechas y !Oh gloria inmarcecible! todo el séquito del mesías se estremeció de alegría. Como la mujer del baile y la lista de aspirantes a una pieza con ella. Los apunta, les da esperanzas, pero no les dice a qué horas de la noche les tocará el turno. O como dice una vieja canción "Tu ya dijiste que sí, pero no dijiste cuando".

En todo caso, la página internet de la presidencia de acá destacó más de lo usual la imagen de Uribe y Obama durante el desayuno en Puerto España. La página de la presidencia de Perú no publicó la escena, siendo que Alán García también estaba al lado de Obama. Y la página de la Casa Blanca ignoró el supuesto encuentro. No publicó nada. Como si no hubiera ocurrido.

!Como añoramos los tiempos en que Bush nos recibía con palmaditas, nos condecoraba y nos ponía como ejemplo ante el mundo! Es que hay amores perros, como titula una película mexicana.

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