miércoles, 24 de diciembre de 2008

La canasta de pan: cómo evitar un ataque de hambre en los restaurantes

Hasta hace muy poco, muchos de nosotros estábamos obsesionados con el patrón alimentario del “cuanto más grande mejor”. Y entonces buscábamos el restaurante con el más grande aperitivo, el plato principal más grande, y el postre más grande. Y LA CANASTA DE PAN MÁS GRANDE.

Cenar fuera es uno de los placeres de la vida, pero también es un reto cuando se está tratando de mantener una dieta saludable. En casa, uno puede controlar lo que va a poner en su plato, pero cuando se come afuera, se enfrenta a ciertos escollos: porciones sobredimensionadas, tentadores carbohidratos refinados, ingredientes extra que añaden grasas malsanas, y, por supuesto, la tentadora canasta de pan casero con su aroma inconfundible. Los siguientes consejos te ayudarán a mantener tu plan de alimentación saludable:

Toma una merienda proteínica antes de salir de la casa. Al comer algo con proteínas, tal como un huevo duro o un pedazo de queso con poca grasa unos 15 minutos antes de llegar al restaurante, reducirás en parte tu apetito. Si no se está demasiado hambriento mientras se está leyendo el menú, uno será capaz de hacer una mejor elección de alimentos sanos.

Destierra la cesta de pan. Y la canasta de trozos de tortilla. Y la canasta de crujientes fideos. Están llenos de carbohidratos refinados y malos para tu salud. Comer estos carbohidratos te dará una gran dosis de glucosa que podría incrementar tu nivel de azúcar en sangre, y quizá termines con una mayor sensación de hambre. Si tienes cierta confianza con tus compañeros de mesa, pide a los comensales y al mozo que se lleven la cesta incluso antes de que tengan la oportunidad de probarla. Si no, espera hasta que todos hayan tomado algunas porciones y, a continuación, pida al mozo que se la lleve. Si eso no es apropiado para el grupo con el que estás, al menos ubica la canasta tan lejos de ti como sea posible. Una vez que hayas llevado adelante tu nuevo patrón alimentario durante varias semanas, podrás tomar una rebanada de pan integral de la canasta.

Para evitar un rápido aumento de azúcar en la sangre, es bueno bañar el pan con un poco de aceite de oliva, o incluso difundir un poco (muy poco) de mantequilla sobre él. Las calorías extras se compensan con la sensación de llenura que la grasa añade.

A continuación, ordena sopa tan pronto como te sientes a la mesa. Puedes buscar sopas que son ricas en vegetales y que no sean a base de crema, u ordena caldo o consomé. La ventaja de la sopa es que te llena, lo que significa que no tendrás tanta hambre cuando llegue el momento de hacer frente al resto del menú. La sopa también es útil porque envía un mensaje a tu cerebro que estás comiendo y que pronto estarás lleno. Dado que toma unos 20 minutos que el mensaje viaje desde tu estómago a tu cerebro, para el momento en que llegue tu plato principal, ya habrás comenzado a sentir saciedad.

¡Que estos sencillos consejos te ayuden a disfrutar de tus comidas fuera de casa sin transigir en tu nuevo plan alimentario! Si deseas más sugerencias de este tipo, consulta http://DietaSecreta.com.

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