sábado, 18 de abril de 2009

Corin Tellado jamás dijo "Te amo"

El periodista español Javier Cuartas pulicó un excelente reportaje sobre la vida de la escritora rosa Corín Tellado, fallecida la semana pasada. El extenso trabajo apareció en el diario El País con el título "El amor sólo en los libros" y del mismo publicamos aquí algunos apartes. Quien quiera leerlo todo puede pulsar: http//:www.elpais.com/articulo/cultural/corin/jamas/dijo/amo/elpepucul/2009

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La mayor fabuladora de novelas románticas no tuvo una vida en rosa: dura y pragmática, se separó de su marido a los tres años de matrimonio y nunca rehízo su vida sentimental. Durante años, su esposo le siguió enviando cartas. Ella jamás las abrió. Al morir él, las quemó sin leerlas. "Yo nunca he dicho 'te amo", confesó años después.

Corín Tellado, la maestra del género rosa en castellano y autora de una gigantesca obra literaria de temática sentimental que sedujo a varias generaciones de mujeres durante más de medio siglo, no logró en sus casi 83 años de vida la dicha amorosa que transmitió en las más de 4.000 novelas que, con una disciplina de trabajo indesmayable y una fantástica capacidad de fabulación, publicó semanalmente durante 53 años hasta su fallecimiento en su domicilio de Gijón (Asturias) el pasado día 11.

Su vida amorosa, truncada a los tres años de matrimonio por una separación que ella impuso, fue la única trama argumental a la que nunca quiso ponerle un final feliz. Ni hubo reconciliación conyugal ni volvió a rehacer su vida sentimental con otro hombre. Las cartas que le escribiera su marido durante años tras la separación quedaron sin abrir y la escritora las quemó, el mismo día que enviudó, sin haberlas leído. Ya octogenaria, confesó: "Me olvidé de vivir".

Corín jamás cayó rendida a las pasiones que promovió. "Nunca estuve locamente enamorada. Quise apaciblemente". Y también: "No he sufrido nunca ese amor ardiente y arrebatado". La autora de la más extensa obra literaria amorosa en castellano, con más de cuatro millones de ejemplares vendidos, no fue el prototipo de mujer sentimental y romántica al uso, sino una persona de carácter recio, muy aguerrida y pragmática, por más que, bajo su apariencia de dureza, latiera la nobleza de un ser sensible: "Soy realista", le confesó a este periodista en julio de 1987. "Me emocionan las cosas reales, las que palpo, las que tienen vida. No me seducen las puestas de sol, ni las estrellas, ni la luna llena. Yo nunca he dicho 'te amo', 'te quiero', 'vida mía'. Sólo lo sugiero en las novelas para que se emocionen otros. A mí me conmueven los animales, los prados, las personas, la roca viva, los acantilados".

María del Socorro Tellado López (Viavélez, Asturias, 1926) ya era Corín Tellado cuando conoció a su futuro marido y padre de sus dos hijos. La afamada escritora descubrió a quien creyó que iba a ser el hombre de su vida en el verano de 1958 en Gijón. Domingo Egusquizaga, delegado comercial de una compañía vasca, había acudido a la Feria Internacional de Muestras de Asturias. La escritora tenía ya 32 años y llevaba 12 publicando una producción novelística de entrega semanal en la que sublimaba (aun con sufrimientos, avatares y desamores) las relaciones de pareja. Domingo era, según Corín, "guapo, bien plantado, limpio, dicharachero... Era el hombre perfecto".

Aunque nacida a orillas del Cantábrico, en una casa blanca que se levanta junto a una palmera de ensoñaciones ultramarinas, la escritora quiso que su boda se celebrara en las montañas de Covadonga. En la gruta, sobre una cascada de agua y al pie de la Santina, Corín y Domingo se dijeron "sí, quiero" en plenos Picos de Europa, en 1959, un año después de su primer encuentro. Pero la relación se demostró fallida de inmediato. Ya durante el viaje de novios intuyó que su matrimonio había sido una equivocación. "Qué gran error. No pegábamos ni con cola. Él hubiera sido feliz con otra mujer, y yo lo hubiera sido con otro hombre, pero juntos éramos un fracaso como pareja. No teníamos nada en común". El matrimonio siguió resquebrajándose con la convivencia diaria. Un año después de la boda nació la hija mayor, Begoña, y un año más tarde, el varón, Chomín. Pero Tellado toma en 1962 una decisión radical para la época: impone la separación y se queda con los niños. A Tellado, que ya publicaba en la revista Vanidades, de Miami, le propusieron mudarse a Florida para que pudiera rehacer su vida, pero la escritora optó por quedarse en Gijón.

Las causas de su fracaso matrimonial fueron varias. "Yo era mucha mujer", comentó en julio de 1987. Años después fue más explícita: "Yo quise mucho a mi marido. Era guapo y buena persona, pero era un fastidio. No era un hombre malo, pero su carácter era fastidioso, reñía, era un cascarrabias".

La separación se produce en un momento cumbre de la escritora. La Unesco acababa de proclamarla como el segundo autor en castellano más leído en el mundo, sólo tras Cervantes. Amén de sus novelas semanales para la editorial Bruguera, seguía publicando una historia quincenal en Vanidades, de difusión en Hispanoamérica. Y a fines de aquel mismo 1962 aparecieron las fotonovelas Corín Ilustrada.

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