VERSOS DE DOMINGO

(De Rescoldos, libro en preparación)


EL TEDIO
Si alguien me preguntara qué es el tedio,
el tedio es un domingo por la tarde.
La hora del regreso para los que partieron
una mañana de paseo.
Que nos carcome las entrañas
a los que nos quedamos anclados en el tiempo.
Está por todas partes, las alacenas y los escaparates.
Por los techos, los suelos, las puertas, las ventanas.
En las lámparas, en los ventiladores,
en la luz y en las sombras.
Y desde todas partes me vigila, me va cercando,
se mete por los poros y me estruja el alma.
Buscando una escapada miro afuera, a la calle,
y la encuentro más solitaria y sola.
Miro el reloj y marcha lento.
Sus manecillas parecen no saber que el lunes las espera.
Las sombras van llegando con los viejos fantasmas,
ahora mis vecinos y amigos:
Amores que no fueron,
familiares queridos,
desde otra parte pendientes de mi vida,
amigos que se fueron.
Son sombras que bailan en el techo
se cuelgan de las lámparas
y me hablan desde las paredes,
a veces reclamando por no haber escuchado
de mis labios y a tiempo
ni siquiera un tímido “te quiero”.