A PROPÓSITO DEL REFERENDO DEL AGUA II

Si la escasez de agua potable y la carencia de sistemas de saneamiento en los países pobres es notable, mire lo que pasa en los países del Norte rico y desarrollado. Es muy distinto. La hierba en un campo de golf, por ejemplo, necesita para estar en buen estado el equivalente al agua de 20.000 personas cada día. Para obtener un litro de gasolina se necesitan 10 litros de agua y para producir 900 kilos de papel son necesarios casi 300 mil litros.

El consumo de agua se ha multiplicado por 6 en los últimos 100 años y las últimas proyecciones sugieren que para el 2005 se necesitará un 20% más de agua si el consumo sigue creciendo al mismo ritmo. Al aumento del consumo humano y agrícola hay que añadir la contaminación de las aguas como causa de su escasez futura.

Las Naciones Unidas y la organizaciones ecologistas estiman que en el siglo XX se perdió la mitad de los humedales, por disecación para combatir efermedades o convertidos en suelo urbano o agrícola.

Además de las medidas sencillas aconsejadas para ahorrar agua en el día a día, hay que exigir a nuestros gobiernos leyes más estrictas contra los que contaminan rios y lagos. Los ciudadanos debemos demandar que se cumplan los acuerdos internacionales contra la contaminación del agua. Gobiernos y organismos internacionales tienen que buscar soluciones globales y de cooperación sobre los recursos hídricos, para que el agua no sea motivo de conflicto futuro. Analistas y expertos advierten que las guerras del futuro podrían no ser por la tierra o los recursos energéticos sino por el agua, fuente de vida.

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